Amanecí
entres sábanas blancas con el olor de Mercedes, era temprano aun el sol no daba
los primeros avisos, así que abrí la ducha y me di un baño exquisito y pedí el
desayuno. El mismo consistía de frutas: kiwi, piña, fresa, vayas silvestres y
otra fruta que nunca había saboreado ni visto, pero eran exquisita. Estas eran algo
jugoso, con un sabor dulce y agrio. Luego del desayuno mi reloj marcaba las
seis de la mañana y solo pensaba en esa persona. En esa persona que hacía meses
no veía y que aun sentía que mi corazón se apagaba por esperar saber si estaba
bien o no. Llego un momento en que me dije que era hora de comenzar el día y así
lo hice. Salí del hotel y me encamine, con la misma ropa, a la universidad. No
me importaba lo que dijeran. Al fin y acabo no era la primera vez que lo hacía
y tampoco soy una persona a la cual, otras personas miran mucho. Lo más
probable era que pasaría por desapercibido y el problema estaba resuelto. Algunos
amigos me habían escrito para reunirnos luego, pero no quería.
Me
tocaba el taller de fotografía en blanco y negro, entregue las fotos y entre al
laboratorio a revelar las que me faltaban. Unas fotos de Mercedes tomando café
y otras bebiendo vino. Salí de la clase y fui directo a la que le seguía. Era
francés y la profesora era linda, por eso asistía. Nos habíamos intercambiado
números, pero aun no había pasado nada. Carla, la profesora, media algunos 5.6’
estatura promedio en mi país, era delgada tenía una cintura marcada, sus senos
eran pequeños, una nariz puntiaguda sobresalía en su cara y le quitaba la esencia
a sus ojos marrones claros, tenía unos labios finos y unas cejas abundantes. Si
te acercabas podías ver que tenía un poco de vello en la cara, pero era muy
fino y claro. No te percatabas hasta que estabas cerca. Su francés era
exquisito a pesar de que no era francesa sino italiana. Un lunar decoraba su
chiva y me tentaba. Trataba de despejar mi mente y así lo logre, pase mi día
como quería pasarlo, desapercibido.
Me encamine a mi piso, tome el metro y llegue
a la estación que quedaba cerca de mi apartamento (3 minutos caminando) llegue
al edificio donde vivía, un edificio de diez pisos color crema y yo vivía en el
décimo piso. Lo bueno es que era un poco moderno y tenía un ascensor, lento,
pero tenía. Busque la correspondencia y encontré una carta de mi madre,
solíamos escribirnos por carta. Casi nunca podíamos hablar por celular, por la
diferencia de hora. Entre a mi piso y respire profundo, otro día que al fin sobrevivía
en el exterior. Me acosté y aunque mi cama no era tan cómoda como la del Hotel,
tenía mi olor y eso me hacía sentir bien. Un martes de estar en mi casa.
Eran
las cinco de la tarde y aun el sol no se ocultaba. Acostado, leí la carta de
mamá en la cual me decía que todo estaba bien, me ponía al tanto de la
condición de mis dos abuelos, de la situación de mi familia y de ella en lo
personal. Extrañaba algo a mis abuelos, pero éstos sufrían de Alzheimer, los
dos, así que ninguno sabía quién era en sí. Mami por su parte siempre estaba en
el hospital y pasaba muy poco tiempo conmigo.
Mi
papá en cambio es quien casi siempre está pendiente de mí. A él lo extraño
mucho, mis padres viven juntos, pero cada quien se ha dividido y hasta duermen
en cuartos diferentes, pero siempre me ha querido. Es el jefe de los ingenieros
mecánicos y también es el vice-presidente de una farmacéutica. Ha estado pendiente de mí. De él he copiado
muchas de mis actitudes. Siempre me ha contado como fue el único de su familia
que desafío a su padre y estudio lo que quería. Su padre, mi abuelo, era
abogado y quería que su único hijo fuera abogado. En cambio, mi padre me
cuenta, que él quería que sus hermanas, mis tías, fueran enfermera, maestra y un
ama de casa respectivamente, pero todo cambio. Mi papá se hizo ingeniero y mis tías;
Abogada, Doctora y la menor siguió los pasos de mi papá y se hizo ingeniera,
pero civil. Mi papá fue a todas mis graduaciones y siempre estuvo ahí para atender
mis necesidades, mami por el contrario siempre se dedicó a su trabajo y
abandono mi cuidado. Él era quien me llevaba a la escuela, quien iba a mis
juegos de pelota y quien me llevo a las clases de natación. Es quien paga mis
estudios y además es el único que sabe que no estoy estudiando lo que mami
quiere. Es quien me ha apoyado en cada paso que he dado y siempre me dice
“campeón estoy orgulloso de ti.” Recuerdo que cuando tenía algunos 10 años el
me abrazaba sin razón alguna y me decía “Te Amo” a veces aun lo hace. Mi padre
es mi gran amigo, mi hermano, mi compinche, mi “partner in crime”, en fin es
todo para mí.
¡Les envió
un abrazo!
***Nota del autor.
Muy pocos desconocen la verdad de Gael. Lo que aquí habla de su padre es en parte cierto, pero lo que no dice es que su padre ya no está físicamente con él. Gael es huérfano desde los 15 años, su padre se suicidó por alguna extraña razón. Una perdida familiar nunca se supera por más que pase el tiempo. Pero tampoco sospecha es que su madre lo ha engañado toda su vida diciéndole que Ernesto era su padre. Su verdadero padre aun vive y desconoce de la existencia de Gael.
Muy pocos desconocen la verdad de Gael. Lo que aquí habla de su padre es en parte cierto, pero lo que no dice es que su padre ya no está físicamente con él. Gael es huérfano desde los 15 años, su padre se suicidó por alguna extraña razón. Una perdida familiar nunca se supera por más que pase el tiempo. Pero tampoco sospecha es que su madre lo ha engañado toda su vida diciéndole que Ernesto era su padre. Su verdadero padre aun vive y desconoce de la existencia de Gael.
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